El circuito profesional masculino (utilizo la palabra profesional para entendernos aunque yo no lo considero así) ha estado dominado los últimos años por un selecto y reducido grupo de jugadores. Los Díaz, Belasteguín, Nerone, Reca, Gutiérrez, Auguste, y alguno más que quizás me olvide o que se incorporó más recientemente se mantienen en lo más alto desde hace una década (año arriba año abajo). En concreto la pareja Belasteguín– Díaz ocupan la primera posición desde hace once años.
Pero este año se empiezan a atisbar cambios que pienso se acelerarán el año que viene y los siguientes. De momento me atrevo a decir que los jugadores que desbancarán a Belasteguín – Díaz ya se encuentran entre los mejores del mundo. Esto no ha sido así en los últimos 11 años porque además de ser los mejores eran los más jóvenes (a excepción de Lima y Gutiérrez aunque éste último con muchos años en el circuito).
Belasteguín – Díaz ejercen un control sobre el circuito que provoca una cierta tendencia al estancamiento general. Me explicaré: el día que empiecen a perder el resto de jugadores verán una puerta que hasta ese momento consideran imposible de abrir. Y no sólo esa puerta, también se abrirán puertas más pequeñas situadas en los segundos y terceros escalones del ránking.
La pareja uno del mundo es como esa puerta del Corte Inglés antes de ser abierta el primer día de rebajas. En cuanto se abre todo el mundo entra en estampida.
Otro factor a tener en cuenta es que alguno de los jugadores antes mencionados se retiran el año que viene, Hernán Auguste, o su nivel ya no es el que era aunque los resultados todavía no parecen indicarlo. Mi predicción es que en poco tiempo lo veremos.
Quizás los que me leéis asiduamente pensaréis que soy cansino pero Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez están llamados a demostrarnos dos cosas: la primera que el status quo actual se puede romper, y la segunda y más importante es que al contrario de lo que se piensa en general, el pádel no es un deporte donde se alcanza la plenitud a edades tardías. Estoy convencido de que en el futuro, si los premios de los torneos se incrementan, los primeros jugadores del ranking serán más jóvenes que los de hoy.
Espero que no deduzcáis de mis palabras que Belasteguín – Díaz no tienen cuerda para rato. Les quedan varios años al primerísimo nivel aunque con casi total seguridad no sean todos formando pareja.
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