Posiblemente el post mas personal de Javier Casadesus ,extraordinario.
Antes de seguir con el artículo de hoy os aviso de que será un poco especial. Voy a hablar de mí, de mis vivencias como jugador. No lo he hecho anteriormente desde que empecé a publicar dos artículos semanales el 9 de enero de 2012. Espero que no os moleste y me lo sepáis perdonar.
Empecé a participar en torneos de pádel allá por el año 1986. Podríamos decir que mientras estudié la carrera el pádel fue importante pero siempre estuvo en segundo plano. A partir de 1994 mi dedicación fue muy superior; mi nivel como jugador alcanzó en esos años su máximo y disfruté mucho compitiendo contra los mejores jugadores del mundo. Dejé de participar en torneos internacionales hacia el 2000. No es que mi nivel hubiera decaído sino que en aquella época no se ganaba dinero compitiendo, a excepción de tres o cuatro jugadores, y yo vivía solo sin ayuda económica de nadie.
Seguí compitiendo en el que yo considero segundo mejor circuito que existe, el circuito catalán. Lo disputan los jugadores de la selección catalana, la que más títulos por selecciones tiene en el campeonato por autonomías, y algunos jugadores argentinos de muy buen nivel.
Hoy os escribo después de perder, formando pareja con Jani Gisbert, las semifinales de un torneo del circuito catalán contra Jordi Juany David Luque por 36 64 76. Por la mañana logramos una meritoria victoria ante Jake Benzal y Rubén Rivera por 36 63 76. Casi seis horas en pista con chicos de menos de treinta años (el único que no lo era precisamente era mi compañero).
He estado lesionado por culpa de una hernia discal casi tres meses, me han tenido que hacer un vendaje debido a una contractura en el sóleo. Sóleo que me he roto en doce ocasiones. Mi mujer ha pasado el día en compañía de nuestro hijo mientas yo me dejaba lo poco que me queda de físico por esos clubs del señor. Y no os podéis ni imaginar lo que me duele todo, y lo que me dolerá mañana!
Y mi artículo de hoy quiere expresar los sentimientos y pensamientos que pasan por mi cabeza en estos momentos. Por un lado uno se siente orgulloso de seguir a este nivel a los cuarenta y cuatro años. Pienso que es el premio a las horas de entrenamiento físico y a haber llevado una vida ordenada.
Por otro lado siento una sana envidia de mis rivales. Mientras competimos tengo tiempo de apreciar sus cualidades técnicas y especialmente las físicas. Como saltan! Como se agachan! Como le pegan a la pelota! Que altos son! Como corren! Y encima esta noche saldrán a tomar unas copas y se despertarán mañana sin acordarse del partido de hoy. Los he visto crecer a todos y les tengo mucho cariño.
Esto se me acaba. Seguro que seguiré compitiendo aunque sea a otro nivel, pero me da pena; mucha pena. Han sido muchos años, muchos torneos, muchos partidos, y pocos compañeros: Óscar Not, Joaquín Not, Pedro Vernis, Enric Sanmartí y Jani Gisbert.
Agradezco al pádel todo lo que me ha dado, y lo que espero que me siga dando aunque sea desde otros ángulos.
Y os agradezco a los que hayáis leído este artículo la deferencia que habéis tenido al aguantar las historias de un cuarentón.
Os dejo, me reclaman la cena…y el voltaren
Grande!!!
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