domingo, 21 de octubre de 2012

PAQUITO NAVARRO por Javier Casadesus.


Paquito Navarro (10-2-89) es el abanderado de una generación de jóvenes jugadores españoles que con los años dominarán el circuito profesional (siempre me gusta aclarar que yo no considero profesional al circuito porque el montante de premios que reparte no permite vivir a sus jugadores). No serán todos ellos, se añadirán otros, españoles y argentinos especialmente, pero esperemos que también de otros países. Pero sin lugar a dudas este grupo que encabeza Paquito se caracteriza por ser el primero que proviene directamente de las categorías inferiores de las diferentes comunidades españolas. Sin pretender hacer una relación exhaustiva la lista la componen además de Paquito, Andoni Bardasco, Jaime Bergareche, Matías Marina, Álex Ruiz, Álvaro Cepero, Rubén Rivera, Uri Botelo y alguno más. La labor realizada en los últimos años por las federaciones autonómicas y la española, unida a la de los clubs y, como no, la de los padres y jugadores comienza a dar sus frutos. Y yo tengo la suerte de haberla vivido en primera línea, y seguir haciéndolo, desde mi puesto de director de la Escuela de Menores dela Federación Catalana de Pádel y seleccionador de menores catalán.
Paquito Navarro
Pero centrémonos en el que he calificado como estandarte de esta generación, Paquito Navarro. Los que me seguís sabéis que tengo una altísima valoración de Paquito como jugador, con todos sus defectos claro. Defectos que de manera regular me recordáis y no pienso olvidar en el artículo.
Hay dos cosas que hacen de Paquito un jugador tan especial: la primera hace referencia a su juego. En el pádel lo más difícil que hay es ser capaz de ganar puntos con regularidad y de varias formas diferentes, y Paquito es capaz. Enumeremos una lista de formas que tiene de ganar puntos: pegada más que contundente (fuerte y por tres metros), bajada de pared demoledora (con no demasiada variedad pero parece que no le importa dados los frutos que le reporta su velocidad), volea (más que por su calidad por su variedad), incluso el globo en sus manos se convierte en un golpe de ataque ya que les da una altura que ningún otro jugador consigue. Además desde el fondo de la pista es peligrosísimo e imprevisible, te inicia un contraataque en el momento menos pensado, descolocando a los rivales, más acostumbrados a un juego más tradicional y previsible.
La segunda cosa que hace a Paquito diferente es su poder mediático, solo comparable al de Miguel Lamperti. Algunos dicen que es porque es español. Yo no lo creo. Miguel no es español y tiene un poder de atracción enorme. Y es por eso que tantos me comentáis acerca de Paquito y no acerca de otros, porque Paquito no deja indiferente.
En cuanto a su técnica, afortunadamente para él todavía puede mejorar ciertos aspectos de su juego. Empezando por su volea que yo defino como la mejor peor volea que he visto en mi vida. Que rendimiento le saca a su mejorable (por decir algo) volea! También debe mejorar la defensa entendida como el ser capaz de devolver cualquier pelota que le tiren, además de entender que no en todas las circunstancias se pueden iniciar contraataques.
Pero Paquito es joven y todavía debe mejorar la relación con la competición y consigo mismo. Tiene que aprender a perdonarse los errores, a entender que en la pista no todo depende exclusivamente de él. Estoy seguro que lo irá mejorando y entonces, cuando veamos a un jugador con más paz interior, le sobrará tiempo, que ahora dedica a pelearse consigo mismo, para cuidar a su compañero como merece.
Quizás esta última sea la razón por la que Paquito no jugará el año que viene con un jugador top 5 de derecha. Yo sinceramente pensaba que alguno se arriesgaría pero deberá esperar un poquito más. No debe tener prisa, es muy joven y le quedan muchos años de carrera.
Será interesante ir comprobando si Paquito es capaz de mejorar sus defectos técnicos y vencer en su lucha contra los diablillos internos que le acechan. Yo lo deseo y confío porque además me consta que está bien aconsejado dentro y fuera dela pista. Veremos.

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