Cada vez es más frecuente la aparición de los entrenadores en el pádel profesional, esto se debe, sin duda, a la continua evolución del pádel en el ámbito de la competición y especialmente en la competición profesional.
La necesidad de una mayor preparación por parte de los jugadores para afrontar la competición, exigencia física, técnica y mental, hace que la figura del entrenador vaya adquiriendo un papel más relevante. Esto se entenderá mejor si hacemos un análisis de lo que conlleva una competición de pádel.
En este artículo pretendo exponer algunos de los aspectos que un entrenador debe manejar en la competición.
El primer aspecto que debemos tener en cuenta es que el pádel es un deporte de equipo. Esto dicho así parece una obviedad, pero la verdad es que es frecuente que se nos pase por alto o al menos no le demos la importancia suficiente, porque a priori podría parecer que la pareja es la suma de dos individualidades. Pero en pádel, uno más uno no suman dos, tenemos multitud de ejemplos que nos lo demuestran, no sólo en los profesionales, sino en todos los niveles, desde los infantiles hasta el jugador de club.
Por tanto, si partimos de esta premisa, debemos empezar a pensar en las características de este equipo, porque esto es fundamental para abordar el entrenamiento.
Resulta que es un equipo de dos y por tanto, como suelo decir, el peor equipo posible. Dependo al 50% de mi compañero!!! Para lo bueno y lo malo.
Esta es la primera dificultad con la que se encuentra el entrenador, gestionar esta situación y hacer ver a sus jugadores la necesidad de pensar como uno solo y centrar los objetivos de forma común.
Cuántas veces habéis oído al acabar un partido… "mi compañero no estuvo a la altura". Como si eso te dejara fuera de la responsabilidad de la derrota, como si contigo no fuera la película o como si sólo hubiese perdido él el partido.
Cuando esto se produce y además se comenta a un tercero, es un grave error, esto no aporta nada al equipo, por mucho que mi compañero lo haya hecho horrible. Una vez que tenemos consciencia de esto, debemos empezar a manejar otras variables como las que trataré de explicar a continuación.
- Hacer convivir dos personalidades distintas
- Organizar dos tipos de juego y hacerlos complementarios
- Saber reconocer las situaciones de partido y buscar una solución común
Todas estas situaciones las debe gestionar el entrenador y ser la amalgama que consiga que las piezas encajen y se unan. Por tanto, después de tener en cuenta lo antes expuesto, cuando volvemos al primer punto, nos damos cuenta de que lo obvio, que es un deporte de equipo, empieza a tomar más cuerpo, porque ese equipo ya no es de dos, parece que empieza a ser de tres.
Pero digo que parece de tres, porque los jugadores y el entrenador son las piezas que tienen más presencia, pero detrás de ellos suele estar un preparador físico, un psicólogo y un fisioterapeuta. Por tanto la labor del entrenador, al margen del entrenamiento diario, donde preparas técnicamente a tus jugadores y elaboras patrones de juego para que tácticamente sean capaces de imponer un estilo de juego, es la de gestionar la información que aportan el resto de los miembros del equipo, para que el rendimiento sea el mejor posible.
Aunque valoremos que realmente el equipo empieza a ser de más de dos y el papel del entrenador va creciendo y se va reconociendo su labor, esta labor siempre debe quedar en un segundo plano, pues los verdaderos y auténticos protagonistas son los jugadores, con sus golpes increíbles, sus prodigiosas recuperaciones y su capacidad para competir y dar espectáculo.
Dicho esto, la reflexión que hago es que llegará un momento en que el entrenamiento no se entenderá como preparación individual de cada jugador, sino como el entrenamiento del equipo. Donde el entrenamiento a los niños y jóvenes que se inician en la competición sólo se contemplará desde una vertiente de equipo, donde movimientos y golpeos estarán supeditados al mejor rendimiento de la pareja, dejando los egos personales en un segundo plano.
De hecho, mi experiencia me dice que cuando más han evolucionado mis jugadores, ha sido cuando han entrenado juntos y la sintonía con el entrenador en la silla ha sido buena, y esto sólo se consigue con la labor diaria y el sentimiento de que se cumple con las responsabilidades y el papel que cada uno juega en el equipo.
Con estas líneas espero haber dado algo de luz a la labor del entrenador y así se pueda entender mejor que es lo que hacen esos señores que se sientan junto a los profesionales en los torneos.
Hasta la próxima…
B&F :Jorge Martínez es entrenador de Fer Poggi actual campeón del mundo de pádel.
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