Muy pocas veces he valorado tanto una entrevista a un jugador o jugadora del circuito PPT como la que leí el pasado lunes en diarioinformacion.com. En ella Valeria Pavón hace una radiografía de la situación del pádel femenino con la que estoy casi al 100% de acuerdo. Pero es más, lo hace sin tapujos y en contra del pensamiento políticamente correcto.
Y por qué considero tan importante esa entrevista? Primero porque dicho por ella nadie puede pensar que se esconde el mínimo atisbo de misoginia, y eso permite establecer un debate libre de otras consideraciones. Y segundo porque como he dicho pienso que el diagnóstico es acertadísimo.
Es un hecho que el pádel femenino viene presentando una serie de reivindicaciones respecto a la igualdad de premios con los hombres, al número de pruebas y demás aspectos económico-deportivos. La defensa tradicional de dichas posturas se basa en la igualdad de sexos y en que el esfuerzo realizado para ganar (horas de entreno, dedicación), es tanto o mayor que en el caso de los hombres. Y eso es cierto, pero el mercado no se regula por el esfuerzo realizado sino por los resultados y el espectáculo ofrecido.
Dice Valeria, cito textualmente, “terminamos comparándonos siempre con los chicos y la diferencia existe, no podemos pretender cobrar lo mismo que ellos. Además hay que cambiar la mentalidad de las chicas, es decir, si quieres ser profesional o no, porque muchas veces nos acomodamos en el papel de víctima que tenemos. Nos quejamos que no tenemos agua, toalla, etc y luego a la hora de la verdad tampoco damos mucho a cambio porque después nos llaman para un clinic y vamos la mitad. La mentalidad también debería ser la misma, deberíamos ir ala par. Ya nos ha pasado que no por ir unidos hemos salido perdiendo”. Dice también que el hecho de no tener un circuito importante de chicas repercute en el exiguo número de chicas que suben con nivel.
Pero dice más, reconoce que el juego practicado por mujeres es muy diferente al de los hombres.
Pero ahora viene lo más importante. Una vez realizado este certero análisis, repito que lo hace una jugadora de primerísima línea mundial, llega el momento de revertir la situación pero no desde el papel de víctima del que habla Valeria. Pienso que sólo desde su planteamiento autocrítico y objetivo del problema se pueden encontrar soluciones.
Y la misma Valeria nos da una de las claves para empezar a trabajar. El juego de las chicas es percibido por el espectador como más cercano y realizable por ellos. Así pues, tendríamos que ser capaces de vender esa cercanía con el espectador, al mismo tiempo que lo dotamos de mayor espectacularidad.
Pero el pádel femenino tiene más potencialidades que el masculino no tiene o no explota. Y para encontrarlas podemos acudir a la experiencia de otros deportes. Por ejemplo, por qué no plantear métodos alternativos de tanteo que hagan más atractivo los partidos? O incluso métodos alternativos de competición? O la utilización de pelotas más rápidas?
Otros deportes han encontrado formas de adaptarse a lo que demanda el mercado. Pero quizás en algunos casos se han sobrepasado algunos límites (por lo menos lo míos y por eso no mencionaré ni el deporte en el que pienso). Aunque incluso esos deportes deberían ser objeto de estudio por parte de las chicas ya que han alcanzado el éxito partiendo de situaciones peores.
El año que viene los circuitos femenino y masculino separan sus caminos. Será una prueba de fuego para todos. Pero con gente como Valeria seguro que las chicas triunfarán. A trabajar pues con espíritu constructivo y con la colaboración de todos los que queremos su éxito.
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